Descripción
Notas de Cata
Vista: A la vista presenta un bonito color rojo picota, es un vino de capa alta.
Nariz: Bouquet intenso, se percibe fruta negra y ciruelas, con recuerdos a frutas rojas.
Boca: Se muestra muy sabroso, con una gran concentración de fruta; notas especiadas, postgusto mineral. Taninos muy presentes pero de gran calidad.
Vega Dominio de Pingus
La bodega:
En el año 1995 fundó Peter Sisseck en Quintanilla de Onésimo (Ribera del Duero) la bodega Dominio de Pingus, una pequeña bodega en la que pretendía recuperar la idea de la elaboración artesanal y muy cuidada que aprendió de su tío en sus inicios en Graves. A la bodega la bautizó Dominio de Pingus, donde el nombre “pingus” obedece al apodo de juventud de Peter. Es una pequeñísima bodega artesanal, de muy baja producción donde se cuida hasta el último detalle de cada uno de los procesos de la elaboración de sus vinos. Sin embargo, aquella primera “bodega garaje” de Quintanilla de Onésimo ha crecido para dar lugar a una bodega modesta en tamaño pero perfectamente equipada y obsesionada por el control de los vinos a través de su propio laboratorio, por lo que ahora podría llamarse una “bodega boutique”.
Los años 1996, 2000, 2001 y 2003 fueron las primeras grandes cosechas de tinto Pingus, hasta la extraordinaria 2004, que recibió los primeros 100 puntos del crítico Robert Parker, y a partir de aquí se constituyó el mito debido a que era casi imposible localizar una botella. Sin embargo, hay un hecho que ayudó a reforzar la leyenda de Pingus, y fue que la mayor parte de las botellas 4.000 botellas del 95 destinadas al mercado norteamericano, y la totalidad de las de Flor de Pingus, se hundieron en el barco que las transportaba cerca de las islas Azores, junto a otros importantes cargamentos de otras bodegas europeas.
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