Descripción
Notas de cata: PERRIER JOUËT – PERRIER JOUËT GRAND BRUT (CHAMPAGNE)
- Vista: Manto pálido, de amarilla luminosidad y sugerente vivacidad.
- Nariz: Perrier-Jouët Grand Brut es un vino delicado, elegante y equilibrado. La sorprende frescura
y vivacidad de sus aromas florales y afrutados (frutas amarillas y fruta fresca) toman cuerpo antes de dejar paso a unas sutiles notas de vainilla y mantequilla, dotando a este vino de un carácter afrutado y consistente. Las notas de ciruela roja, limón y bergamota relucen antes de ceder el protagonismo a las de flores de árboles frutales como la lima y la madreselva. A continuación, emergen las notas de mantequilla, magdalena y azúcar avainillado. Unos persistentes destellos de pomelo, melocotón blanco, pera verde, manzano y avellana verde redondean su sabor. - Boca: Su amplitud y vivacidad se equilibran en boca, desplegando unos matices de redonda y
vinosa elegancia. Un champagne fresco y equilibrado con un prolongado final.
La Bodega
La constancia de un estilo inquebrantable. Un estilo único, reconocido por su atemporal elegancia floral.
Epernay, 1811: la boda de Pierre-Nicolas Perrier y Adèle Jouët alumbra el nacimiento de la Maison Perrier-Jouët. Caracterizada desde sus orígenes por una exigencia sin concesiones, la Maison fue pionera en el campo de la trazabilidad y en la lucha contra las falsificaciones. Perrier-Jouët fue la primera Maison de Champagne que exhibió la añada en sus botellas, tradición que adoptarían muchas otras después. Por otra parte, como ha sucedido en diversas ocasiones, si la cosecha no está a la altura de las expectativas, la Maison pone siempre por delante la calidad y deshecha la producción. La calidad es el único compromiso. Algunos vinos, elaborados en años especialmente singulares, son seleccionados y confiados al silencio de sus bodegas.
Y, si bien cada una de estas añadas posee un carácter propio y distintivo, todas sin excepción ilustran la excelencia de los viñedos Perrier-Jouët. Es ahí, en el Edén, donde se conserva nuestra añada más antigua de champagne: Perrier-Jouët 1825.
Esta búsqueda de la perfección garantiza a Perrier-Jouët un lugar de excepción en las mesas más distinguidas. Es el caso de las cortes reales de Napoleón III o la Reina Victoria, entre otras. Desde que la Princesa Grace de Mónaco declaró que la botella de champagne con las emblemáticas anémonas era su preferida, Perrier-Jouët Belle Époque lleva acompañando el Baile de la Rosa durante muchos años.
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